lunes, 18 de mayo de 2009

y no lo encuentro





Aquí estoy a salvo.
Las sábanas me protegen, siete horas sin que nadie pueda morderme, aunque si fueses tú me dejaría.
Te imagino sentado en esa silla, observando mi espalda desnuda y recorriéndola con un dedo.
Despierto y aún quedan cuatro horas.
¿Duermes solo?
Ven, rescátame de mi agonía.regálame una de esas sonrisas tuyas.
Ya es hora de enfrentarme al mundo.
Salgo a la calle enfundada en mi coraza, un triste chaleco negro y una barata mirada.
¿Dónde habré dejado la armadura y la espada?
Camino por las calurosas calles de Sevilla y me pierdo en esa sonrisa que quería comerse el mundo, y yo con ella.
Congelé el tiempo en aquél momento y ahora busco los ojos que perdí la última vez que los míos lloraron.
Te busco y no encuentro mi viejo Abril.

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