Aquí estoy a salvo.
Las sábanas me protegen, siete horas sin que nadie pueda morderme, aunque si fueses tú me dejaría.
Te imagino sentado en esa silla, observando mi espalda desnuda y recorriéndola con un dedo.
Despierto y aún quedan cuatro horas.
¿Duermes solo?
Ven, rescátame de mi agonía.regálame una de esas sonrisas tuyas.
Ya es hora de enfrentarme al mundo.
Salgo a la calle enfundada en mi coraza, un triste chaleco negro y una barata mirada.
¿Dónde habré dejado la armadura y la espada?
Camino por las calurosas calles de Sevilla y me pierdo en esa sonrisa que quería comerse el mundo, y yo con ella.
Congelé el tiempo en aquél momento y ahora busco los ojos que perdí la última vez que los míos lloraron.
Te busco y no encuentro mi viejo Abril.
Las sábanas me protegen, siete horas sin que nadie pueda morderme, aunque si fueses tú me dejaría.
Te imagino sentado en esa silla, observando mi espalda desnuda y recorriéndola con un dedo.
Despierto y aún quedan cuatro horas.
¿Duermes solo?
Ven, rescátame de mi agonía.regálame una de esas sonrisas tuyas.
Ya es hora de enfrentarme al mundo.
Salgo a la calle enfundada en mi coraza, un triste chaleco negro y una barata mirada.
¿Dónde habré dejado la armadura y la espada?
Camino por las calurosas calles de Sevilla y me pierdo en esa sonrisa que quería comerse el mundo, y yo con ella.
Congelé el tiempo en aquél momento y ahora busco los ojos que perdí la última vez que los míos lloraron.
Te busco y no encuentro mi viejo Abril.
No hay comentarios:
Publicar un comentario